La región comienza a dar pasos clave hacia la conectividad 6G, aunque persisten desafíos, según Mediatek.
Latinoamérica se encuentra ante una nueva encrucijada tecnológica: mientras muchos países aún luchan por desplegar completamente el 5G, la conversación global ya apunta hacia el 6G, la próxima generación de conectividad móvil que promete transformar radicalmente la economía digital y revolucionar sectores clave como la salud, la educación, el transporte y el entretenimiento.
Aunque el 6G aún no es una realidad comercial —se espera su despliegue global alrededor del año 2030—, el debate sobre su impacto y preparación ya comenzó. Esta nueva tecnología no solo ofrecerá velocidades de datos hasta 100 veces superiores al 5G, sino que también reducirá drásticamente la latencia, permitirá una capacidad de red sin precedentes y contará con inteligencia artificial integrada, lo que mejorará la gestión de recursos en tiempo real.
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Según Patricia Velásquez, directora adjunta de MediaTek para Colombia y el Caribe, el 6G no será solo una evolución de la conectividad, sino una herramienta clave para la competitividad global:
“El 6G impulsará la innovación en sectores estratégicos, fomentando un crecimiento económico sostenible y una infraestructura digital más resiliente”, afirmó.
No obstante, el panorama en Latinoamérica es mixto. Aunque Brasil ha liderado el despliegue del 5G autónomo (5G SA), muchos otros países aún operan con versiones no autónomas (NSA) o apenas están iniciando sus licitaciones. Esta realidad levanta una pregunta inevitable: si el 5G avanza lentamente, ¿cómo podrá la región prepararse adecuadamente para el 6G?
Leunam Betin, gerente de Ericsson para Latinoamérica, lo resume claramente:
“Si la región fue lenta con el 5G, no hay garantías de que el 6G tenga un comportamiento diferente. Cada retraso actual compromete el futuro.”
A pesar de este panorama desafiante, expertos y empresas tecnológicas coinciden en que la preparación debe comenzar ahora. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Acelerar el despliegue del 5G, agilizando licitaciones de espectro y simplificando la instalación de infraestructura.
- Fomentar colaboraciones público-privadas para compartir infraestructura y reducir costos.
- Actualizar marcos regulatorios para facilitar la inversión en nuevas tecnologías.
- Invertir en talento y formación especializada, preparando a la próxima generación de profesionales.
- Participar en foros internacionales de estandarización, asegurando que la región tenga voz en el desarrollo global del 6G.
El papel de empresas como MediaTek será fundamental para la transición, no solo con tecnología, sino también mediante alianzas estratégicas con gobiernos y operadores locales. Velásquez señala que la compañía ya trabaja en soluciones que anticipan el cambio:
“Nuestro compromiso es apoyar a Latinoamérica en su camino hacia el 6G, ofreciendo innovación y conocimiento técnico desde ahora.”
El 6G no nacerá de cero. Se construirá sobre las bases del 5G avanzado, lo que hace aún más urgente que Latinoamérica acelere su curva de adopción actual. La oportunidad está sobre la mesa: quien se prepare desde hoy, liderará mañana.
Así, el 6G no es solo una promesa tecnológica; es el próximo gran paso hacia una economía digital más robusta, inclusiva y globalmente competitiva. ¿Estará Latinoamérica lista? Solo el tiempo, y las decisiones que se tomen hoy, lo dirán.