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El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe el uso de pitillos de papel en los edificios gubernamentales de Estados Unidos, argumentando que «simplemente no funcionan». Esta medida revierte la política de la era Biden que buscaba eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso en las compras federales para 2030.
Trump, conocido por su postura a favor de las empresas y su escepticismo ante el cambio climático, criticó las pajitas de papel como «ridículas» y «un símbolo de la corrección política fuera de control». Además, afirmó que el plástico no daña a los animales marinos, una afirmación que ha sido ampliamente refutada por científicos y ambientalistas.
La decisión de Trump va en contra de la creciente tendencia global de reducir el consumo de plástico debido a la contaminación y el daño a la vida marina.
Los pitillos de plástico, aunque representan una pequeña fracción de la contaminación plástica total, se han convertido en un símbolo de los desechos plásticos y su impacto en el medio ambiente.
Aunque algunos estados y ciudades de EE.UU., como California y Seattle, han prohibido las pajitas de plástico, la contaminación plástica va mucho más allá de las pajitas. La fabricación de plástico libera gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, y millones de toneladas de desechos plásticos terminan en los océanos cada año, dañando la vida marina y entrando en la cadena alimentaria.
La orden de Trump ha sido elogiada por la industria del plástico, que argumenta que el plástico es un material seguro y versátil. Sin embargo, ha sido ampliamente criticada por los ambientalistas, quienes argumentan que el mundo enfrenta una crisis de contaminación plástica y que la decisión de Trump envía un mensaje equivocado al resto del mundo.
A nivel mundial, los países están negociando un tratado para abordar la contaminación por plásticos, incluyendo la reducción de la producción de plástico y la mejora de la gestión de residuos.
Los fabricantes estadounidenses, conscientes de la creciente preocupación por la contaminación plástica, han instado a Trump a mantener el enfoque anterior de Biden en el rediseño de productos, el reciclaje y la reutilización, en lugar de promover el uso de plásticos de un solo uso.
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La decisión de Trump de reintroducir los pitillos de plástico en los edificios federales ha reavivado el debate sobre el papel del gobierno en la lucha contra la contaminación plástica y ha puesto de manifiesto las divisiones políticas en torno a esta cuestión.