La seguridad en las calles de América Latina sigue siendo una preocupación apremiante, a pesar de los esfuerzos de las autoridades.
La percepción de seguridad en las calles de América Latina es un desafío constante que afecta la vida de millones de ciudadanos. En la mayoría de las ciudades de la región, la sensación de inseguridad es una preocupación palpable, y en lugar de disminuir, esta percepción tiende a aumentar. Según el Informe de Ley y Orden de la firma Gallup, solo el 49% de los encuestados en América Latina se sienten seguros en sus ciudades, en comparación con el promedio mundial del 71%.
Esta preocupante percepción de inseguridad ha llevado a gobernantes y agencias de seguridad pública y emergencias a buscar soluciones efectivas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En este sentido, la tecnología se ha convertido en un aliado fundamental. Cada vez más, se utilizan herramientas tecnológicas para anticipar riesgos, obtener información en tiempo real y proporcionar respuestas oportunas a situaciones críticas.
Un ejemplo de estas tecnologías son los Centros de Comando y Control, que actúan como el cerebro de seguridad de una ciudad. Desde estos centros, se gestionan las llamadas a la Línea Única de Emergencia, permitiendo a los ciudadanos informar sobre cualquier tipo de emergencia, desde incendios y robos hasta problemas médicos o situaciones de violencia contra la mujer. La tecnología de comando y control deriva rápidamente las llamadas a las agencias responsables y activa una respuesta inmediata.
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En estos centros de comando se integran diversas tecnologías, como soluciones de video respaldadas por inteligencia artificial (IA). Estas cámaras ofrecen una vista en tiempo real de los puntos críticos de la ciudad y brindan información valiosa para mejorar la percepción de seguridad del ciudadano.
Las soluciones de video avanzado, como las cámaras corporales utilizadas por agentes de seguridad, emergencias, tránsito y bomberos, permiten documentar eventos en tiempo real y capturar información relevante antes, durante y después de un incidente. Esto garantiza transparencia en la documentación de eventos y protege la cadena de custodia, lo que genera confianza en las agencias encargadas de la seguridad y en los procesos judiciales.
«un ejemplo claro de estas tecnologías son los centros de comando y control que actúan como el cerebro de seguridad de una ciudad. Desde allí se gestionan las llamadas a la Línea única de Emergencia, a través de la cual un ciudadano puede llamar a reportar una emergencia de cualquier naturaleza; desde incendios y robos, hasta incidentes médicos incluso de salud mental y casos de violencia contra la mujer. Sin importar la urgencia, la tecnología de comando y control recibe la llamada y la deriva a la agencia responsable de acuerdo al caso y activa la respuesta, todo esto en el menor tiempo posible”, según Iván Kraljevic, Experto en Ciudades Seguras para Motorola Solutions para América Latina y El Caribe.
La tecnología también se extiende a los sistemas de radiocomunicación, que son esenciales para la comunicación de agencias de emergencia y seguridad pública. Los sistemas de vídeo pueden integrarse con aplicaciones que utilizan inteligencia artificial para alertar a los equipos de seguridad sobre situaciones inusuales o de alerta.
En América Latina, ya existen Centros de Comando de este tipo, como el C4 en Bogotá, que integra a seis agencias y opera la línea única de emergencias 1-2-3. Aunque todavía hay trabajo por hacer para mejorar la percepción de seguridad en las calles de América Latina, es innegable que la tecnología desempeña un papel crucial en el servicio y la protección de los ciudadanos, aumentando su confianza en las agencias encargadas de su seguridad.