A medida que la población humana crece, también crece el número de especies en peligro, un ejemplo es el hábitat de los elefantes asiáticos que sigue disminuyendo. En África, la historia no es mucho más alentadora: además de la disminución del hábitat, el elefante africano se enfrenta a un comercio ilegal que mata a más de 20.000 individuos al año. Los conservacionistas e investigadores hacen todo lo que pueden. Pero quedan menos de 500.000 elefantes en todo el mundo, y el tiempo se acaba.
Ahí es donde entran en juego programas como AI for Earth, que se unen a proyectos que cambian la forma en que las personas y las organizaciones supervisan, modelan y, en última instancia, gestionan los sistemas naturales de la Tierra. Se han concedido más de 300 subvenciones a proyectos en 60 países donde los investigadores, conservacionistas y científicos utilizan la nube y las herramientas de IA de Microsoft para comprender diversas especies y proteger a los animales vulnerables. Son buenas noticias para los elefantes, y también para otras especies en peligro.
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Elefantes: Evitando la caza furtiva
Organizaciones como Conservation Metrics (con el Elephant Listening Project) utilizan herramientas basadas en la IA para ayudar a garantizar un futuro mejor para los elefantes. Para vigilar y predecir las amenazas de la caza furtiva, Conservation Metrics y el Elephant Listening Project utilizan encuestas acústicas, y Save the Elephants se basa en collares de seguimiento por GPS.
Salvando a las orcas
En el Mar de Salish, que incluye el estrecho de Puget en Washington, las poblaciones de orcas están en declive. Gracias a sus colaboradores y a una subvención de AI for Earth, los científicos de la Sociedad SeaDoc y la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos están creando una base de datos sobre la salud de las orcas que centraliza los datos de organizaciones de investigación académicas, gubernamentales y sin ánimo de lucro. Con perfiles médicos electrónicos más detallados disponibles en la nube, los conservacionistas podrán hacer mejores recomendaciones sobre cómo ayudar a la población de orcas a recuperarse.
El hábitat del búho gris
La IA está ayudando a los investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks a acelerar el descubrimiento, el seguimiento y la protección de las especies en peligro y biodiversidad en todo el planeta. Los investigadores de la universidad están utilizando el aprendizaje automático y la nube para cartografiar el hábitat potencial del gran búho gris. El trabajo ayudará a los conservacionistas a comprender el área de distribución del búho, a controlar los efectos del cambio climático en el hábitat circundante y a mejorar los futuros esfuerzos de modelización.
La conservación del leopardo de las nieves
Nadie sabe cuántos leopardos de las nieves viven en libertad. Se calcula que hay entre 4.000 y 6.000 en 12 países, pero se necesita más información para estimar con precisión la población. Sin datos precisos, los científicos tienen dificultades para conseguir la financiación adicional necesaria para los esfuerzos de conservación. La Fundación del Leopardo de las Nieves se ha puesto manos a la obra. Con la ayuda de Microsoft, sus investigadores están utilizando la IA y el aprendizaje profundo para identificar a los leopardos de las nieves en las fotos de las cámaras trampa, con el fin de estimar mejor el tamaño de la población y localizar los puntos calientes de este evasivo felino.
Preservando a los Chimpancés
El chimpancé, es una de las especies en peligro de extinción, está amenazado por la pérdida de su hábitat. Con el apoyo de una subvención de AI for Earth, el soporte de ingeniería y el compromiso del director de Medio Ambiente de Microsoft, Lucas Joppa, la vicepresidenta de Ciencias de la Conservación del Instituto Jane Goodall, la Dra. Lilian Pintea, con el Dr. Patrick Jantz de la Universidad del Norte de Arizona, están revolucionando sus esfuerzos de conservación. Pueden modelar cientos de miles de parches de hábitat a la vez; cartografiar las zonas en las que la conectividad entre estas «autopistas forestales» está en peligro; y ayudar a los responsables de la toma de decisiones a centrar sus esfuerzos de conservación, para frenar el descenso de la población.